AGUA
El agua para la vida
Desafíos y oportunidades en la gestión del agua: reflexiones en el Día Mundial del Agua
Este 22 de marzo se celebra el 31 aniversario del día mundial del agua por parte de las Naciones Unidas. La temática del agua tiene ya larga data en nuestro país y ha sido motivo de lucha de variadas organizaciones sociales desde hace al menos 20 años, cuando organizadas en la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida se logró modificar el artículo 47 de la constitución, siendo el primer país del mundo en dar derecho al agua.
En los últimos años, varios acontecimientos han mantenido alerta a la población generando nuevas formas de organización y manifestación relacionadas con la temática.
Este año el 22 de marzo nos encuentra con fuertes lluvias, ríos desbordados y muchas personas evacuadas. Parece quedar muy atrás que el pasado año las canillas de los hogares de la zona metropolitana, debido a la sequía, nos daban agua con niveles de salitre muy superiores a los que se consideran aptos para el consumo humano.
Este evento impulsó a legitimar una iniciativa de un grupo de empresas privadas muy poderosas, para realizar una planta potabilizadora con una toma en el Río de la Plata que será excesivamente cara y no garantiza solucionar los riesgos ante un evento de escasez como el vivido el pasado año debido a la salistre, además, es en una zona con excesivos riesgos de contaminación por la recurrencia de cianobacterias.
También ante la escena de la desesperación, empresas que forman parte del consorcio del proyecto Arazatí, realizaron obras muy caras y sin ningún tipo de medición de impacto ambiental sobre el Río San José. Obras que ya fueron destruídas por la propia naturaleza.
Por otro lado, hace unas dos semanas se cerró la licitación para realizar obras de saneamientos, también son de iniciativa privada con costos muy superiores y menor alcance a los estudiados en el Plan nacional de Saneamiento del 2019.
Todo estos negocios de iniciativa privada y los actuados de manera desesperada ante un evento de escasez, harán encarecer de manera preocupante la ya elevada tarifa de agua y saneamiento.
Por otro lado, las presiones sobre el aumento de costos de potabilizar y los riesgos de eventos que atenten contra la salud de las personas van en aumento. Esto puede rastrearse en el estado de la calidad del agua de las cuencas, donde en los últimos 20 años han aumentado de manera exponencial sus indicadores de excesos de nutrientes.
La cuenca del plata es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo, nuestras cuencas terrestres tienen el caudal suficiente para abastecernos de agua potable, incluso en momentos de estrés hídrico, pero para ello deberíamos avanzar en dos direcciones. Por un lado, realizar inversiones que apunten a abaratar el sistema, haciendo los embalses programados de hace larga data, explorando alternativas del acuífero y mejorando el agua no contabilizada que supera el 50% del agua producida.
Por otro lado, se vuelve imperioso repensar el uso del territorio y apostar a la utilización de la herramienta de las comisiones de cuenca para tener planes específicos sobre el uso del suelo consensuados que permitan tener cuencas sanas o que tienda a ello.
Tener planes estratégicos de inversiones en saneamiento y agua potable que hagan minimizar los riesgos y que sean lo más baratos posible, es casi que en sentido contrario a una iniciativa privada. A su vez, cuidar nuestras cuencas terrestres es hoy una tarea urgente, por algo esta temática ha tenido alerta a muchas organizaciones territoriales que monitorean y denuncian constantemente los malos usos. Estas iniciativas en defensa del agua, ya tienen su derecho en el artículo 47 de la constitución votado por más del 60% de la ciudadanía, tal vez algún día la vida la ponga en funcionamiento.
